No
dejes que la vida te maltrate
sé
siempre mesurado en tus conceptos…
Palabras
de la abuela que cayeron al niño
como
una lluvia fresca en el silencio.
Que
no te contaminen los espejos
no
dejes que te hostiguen los prejuicios
recuerda,
cada hombre es un misterio.
Decídete
a vivir tu propia vida
no
pienses en lo que otros ya vivieron
que
bien o mal hicieron su camino
y tu
vienes a ser un tronco nuevo
con
tu savia vital y tus espinas,
tu
ramaje, tus frutos y tus sueños.
Comprende
que natura te hizo niño
para
que puedas ver con ojos nuevos
te
ha dado la razón y el intelecto,
tu
estrella, tu valor, misticismo
y un
corazón inmenso como el cielo.
La
abuela ya está vieja y en su viaje
ha
atravesado ríos de miseria y desprecios,
ha
cultivado rosas, ha parido
pero
en cada jornada ha encendido un lucero.
Tu
mirada, mi niño, tiene un rasgo de miedo
y
debo confesarte, yo también lo he tenido
pero
el hombre es así es una piedra dura
con
un volcán adentro.
Tú
deja que te fluya el mejor sentimiento
practica
la ternura, la amistad, el respeto
eso
si, no permitas que te pisen el poncho
sé
sobre todo honesto
defiende
con altura lo que tu crees justo
lo
que el alma te dicte
porque
ahí es donde habita
la
riqueza del hombre y es esa la verdad
sé
digno caballero.
Quizás
sea esta, mi niño,
la
última vez que hablemos
siempre
estaré contigo cuando mires la estrella
más
luminosa y bella que está en el firmamento
yo
te iré repitiendo, vuela, mi lindo niño,
vuela,
que el infinito necesita tu vuelo
ama,
que en el amor se declara la vida
y
amando renacemos.
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