martes, 4 de junio de 2013

MELANCOLÍA




Si pudiera decirte que no olvidé tu boca
son únicos los besos que me has dado
posiblemente hoy que estamos lejos
algún recuerdo vague por tu mente.

Pero ya no, nada es lo mismo
ni tu ni yo la misma melodía
ni esta velocidad desmesurada
lo que sentí una vez quedó en el tiempo
tan estrecho y tan ancho como un llanto.

Este otoño me trae melancolía
es la tristeza un potro mal domado.

Las estrellas de tus ojos se durmieron
detrás de los temblores de tus párpados
Jamás supiste ver como tu ausencia
dejó mi corazón en carne viva.

Se murió la pasión cegó su fuego
dejándome el orgullo quebrantado.

Aquella luna llena este dolor tardío
aquel bello designio este marzo dorado
los proyectos de ayer este hoy dolido
los niños, la vejez, las ilusiones
las locas fantasías del pasado.




Este otoño me duele hasta en la sangre
me crispa la razón y las entrañas
cuatro letras dos signos y una rosa
la cara entre los dedos y una lágrima
el cielo azul la noche sigilosa
mi soledad, los grillos, las campanas
sonidos que al pasar recoge el viento
y los siembra en la oreja de mi alma.

Si pudiera decirte simplemente
que vivo, muero y sueño cada día
con un raro esplendor en la mirada
un coraje fechado en el olvido
y un tedio que no cabe en las palabras
melancolía y más melancolía.

LLANTO DE PIEDRA



Está lloviendo afuera
adentro están las almas
con sus letras por canto
y el tiempo es una estrofa
con su llanto de piedra.

Las voces del encuentro
sonorizando el aire
y hacia el cielo conducen
todas las escaleras.

No callan los poetas
su universo dorado
nadie para la vida
y está lloviendo afuera.

                       Willy Musachi

Poema inspirado y escrito espontáneamente, dedicado a todos los colegas presentes y organizadores del Cuarto Encuentro Nacional e Internacional de poetas y escritores de Villa General Belgrano, 19 de noviembre de 2011, día de torrencial lluvia sobre la ciudad.

GOLONDRINAS GRISES



Con sus manos ajadas
Ojos duros y heridos
De mirar la injusticia
Corazón de quebracho
Y algodonera el alma
Blanquecino el designio
Jornada tras jornada.

Correntina y chaqueña
Es la estirpe que sangra
Bajo soles quemantes
En los surcos fecundos
Son monedas sin tiempo
Esas que nunca alcanzan.

Destino el de los menchos
Las golondrinas grises
Jornada tras jornada.

AMERICA DEL SUR



Por qué esta soledad deshilachada
Cuando América ruge sus despojos
Vigente esclavitud y desalojos
Perversa inquisición sin primavera
Heridas coloniales del presente.

Por qué esta soledad desorientada
Los ojos solo ven la luna helada
Las manos solo palpan sufrimientos
El monte fue la vida de mi pueblo
Y el viento se deshace ya sin ramas.

Por qué mi voz de sur desaparece
Cuando el hambre de muchos se desangra
Capitalismo atroz cuerpo sin alma
Ante dios somos todos semejantes
Y ante los mercenarios somos nada.

América del sur tesoro agreste
Fuego que arde en su roca milenaria
Madre que engendra hijos iracundos
Solar de ensoñación   
Tierra conscientemente devastada.

Por qué esta soledad latinizada
Continente, dolor, patio trasero
Latente corazón de la esperanza
Imperante el valor de tanta gente
Para enfrentar la muerte de parada.

Ché, no fue tu fusil sino el mensaje
Que cada día encuentro en tu mirada
Derribando los muros de este mundo
Ni tu revolución murió contigo
Ni mi puño se guarda las palabras.